La iniciativa Tatarstán es un proyecto que revive las bases locales de diseño y fabricación, a un costo menor que los parques más ostentosos de Moscú.
En lugares sin una tendencia de diseño establecida, comúnmente se muestran dos enfoques opuestos al momento de proyectar: contratar expertos del extranjero o nutrir a una comunidad de diseño local. En la república rusa de Tatarstán, ubicada en la intersección entre Europa y Asia, un reciente Programa de Desarrollo de Espacios Públicos ha creado más de 350 parques en cinco años, al elegir este último enfoque.
El programa, que es uno de los seis ganadores del Premio Aga Khan de Arquitectura 2019, está dirigido por Natalia Fishman-Bekmambetova, de 29 años, cuya experiencia como asesora en la rehabilitación del Parque Gorky de Moscú llamó la atención del Presidente de Tatarstán en 2015. Casi cinco años después, el programa ha establecido un nuevo estándar para los procesos de diseño en el país con su esfuerzo de involucrar no solo a los arquitectos locales sino también a la comunidad local.
Fishman-Bekmambetova, manifiesta:
Lo que hemos logrado es un modelo totalmente nuevo de relación entre el Estado y las personas porque logramos convertir a nuestra gente en el cliente real. Con su participación, se minimiza la probabilidad de fracaso
Irónicamente, el programa comenzó con un fracaso el año 2015, cuando un sauce llorón centenario fue cortado en el parque Uritsky de la ciudad capital de Kazán. El equipo de Fishman-Bekmambetova lo hizo sin saber que era emblemático, dejando consternados a los lugareños. Sin embargo, el equipo ha aprendido de sus errores. Desde entonces, la comunidad local ha estado involucrada en el proceso de diseño a través de consultas y talleres. De hecho, ahora es obligatorio involucrar a los ciudadanos en el desarrollo del espacio público que recibe fondos federales en todas las ciudades rusas.
En total, se han creado unos 28 espacios públicos en Kazán, y más de 300 en ciudades, pueblos y aldeas repartidos por el país. Alucinantemente, toda esta iniciativa ha llegado a la mitad del costo del Parque Zaryadye de Diller Scofidio + Renfro en Moscú (el presupuesto final del parque supuestamente alcanzó los $433.3 millones), señala Fishman-Bekmambetova:
Es muy costoso e ineficiente invitar a profesionales de afuera
Para entrenar a los creativos locales, se creó ArchDesant, una oficina de arquitectura que se incorporó al Programa de Espacio Público, de la cual surgieron diez prácticas independientes, con arquitectos de 25 años en promedio. La oficina, rica en un conocimiento específico del diseño de espacios públicos y parques, tomó la delantera en parques de todo el país, como el parque de Flores Blancas de Kazan, diseñado por Project Group 8.
Pero "elegir local" no se detuvo con la selección de arquitectos. El enfoque también ayudó a hacer crecer la industria manufacturera local en un puñado de fabricantes a casi 40 en la actualidad; y el uso de materiales de origen local ayudó a reducir los costos de importación, sin mencionar las emisiones de carbono.
El impacto, por supuesto, es más que ambiental. En la ciudad de Laishevo, ArchDesant diseñó una playa ajardinada de 9 hectáreas que es una de las cuatro playas accesibles para personas con discapacidad en Rusia (dos de las cuales están en Tatarstán). Mientras tanto, en la ciudad de Tyulyachi, se construyó un puente peatonal de madera para proporcionar una ruta segura para los escolares en la temporada de marea alta.
Después de que se completara la renovación del bosque Gorkinsk®-Ometyevsky de Kazán, el precio de los bienes raíces cercanos aumentó en un 17%, dice Fishman-Bekmambetova:
Este es un estímulo económico para que los desarrolladores privados inviertan en espacios públicos
Aún así, este programa fue financiado en gran medida por el gobierno de Tatarstán, junto con el apoyo de compañías petroleras y petroquímicas, pequeñas empresas y, a partir de 2017, la Federación de Rusia.
En todos los parques, el enfoque se mantiene constante: terraplenes ajardinados, comisiones de arte público, parques infantiles contemporáneos y pabellones culturales. Pero, sobre todo, el Programa de Desarrollo del Espacio Público muestra una ambición muy esperada que contrarresta la tendencia anterior de la Unión Soviética hacia la propiedad privada y reenfoca las prioridades en espacios públicos humildes pero de calidad.
Este artículo fue publicado originalmente en Metropolismag.com.